25.8.11

100 pulsaciones/minuto.

Jamás pensé que el corazón pudiera llegar a tales velocidades. Ahora que lo he probado jamás quiero rememorarlo.
Hoy he sabido que cuando todo acabe, todo va a ser muy difícil.

Conversación (habitación).

Disparábamos palabras rápidas:
-Whisky.
-Ron.
-Azul.
-Rojo.
-Galdós.
-Bazán.
-Chandal.
-Vaqueros.
-Natural.
-Artificial.
No teníamos nada en común, salvo las ganas de sonreír el uno junto al otro.

Armónica.

Nunca antes me había llamado la atención una armónica. De hecho, aquellas personas que las tocan (con o sin soporte) me parecen imbéciles. No su persona, si no la manera de tocarlas.
Hoy es un día raro tornando a triste y creo que es uno de los mejores instrumentos para acompañar a un dramático jueves.
He dejado salir de mis ojos a ocho lágrimas. Se han puesto demasiado pesadas y no he podido resistirme. Ojalá estuvieras aquí para coger tu guitarra y agobiarme con los mismos acordes y el mismo ritmo insolente que acaba haciéndome sonreír.
Hoy echo de menos a tu guitarrra (y a tus dedos).

22.8.11

Mañana.

Nunca he diferenciado el dolor de tripa y los nervios. Siento ambos diagnóstico del mismo modo: un dolor que empieza en la boca del estómago y acaba en la curva más inóspita, ganas de vomitar constantes y mi particular debilidad ante todo tipo de dolores hacen completamente insoportable mi consciencia rutinaria.
Nunca he sido de alterarme, como si de obligar a mis pulsaciones a ponerse a cien se tratase. Pero pensar que mañana vuelvo a verte y vuelvo a sentirte, creo que me afecta como a un detector de metales una simple libra. Mañana te beso y hoy me duele la tripa ¿es esto el cosquilleo famoso que en toda película aparece pero nadie ve?
Me duele bastante.

21.8.11

Supér Z.

Siempre quise protagonizar una de esas escenas de película en las que ella, destrozada, llora bajo la lluvía y cae lentamente al suelo resbalándose por la pared en la que está apoyada.
Siempre quise correr a cámara lenta por una avenida sola. Agotarme en un punto. Respirar muy fuerte y llorar hacia dentro.
Siempre quise tener el rimel corrido y meterme en una ducha vestida. Inmóbil; mientras el agua hace pesada mi ropa.
Siempre quise arrancar las fotos inexistentes de mi pared y gritar alguna palabra fea como: "cabrón" o "hijo de puta".
En el fondo, siempre quise vivir mi propia película con exceso de dramatismo.

Feliz.

A veces, cuando no estás conmigo te veo excesivamente feliz. Es aquí cuando las dudas toman mi cabeza como si de un atraco se tratase.

Tormenta de verano.

Siempre me han gustado las tormentas de verano. Bueno, en realidad, siempre me han gustado las tormentas: sentir como la lluvía deja marca en la ropa, el olor a humedad que limpia hasta el rincón más rojo de tus pulmones, saborear algunas gotas con la punta de la lengua...
La felicidad, la tranquilidad y el bienestar me pueden en este día gris, todo un contrasentido . Tirada en la cama, semidesnuda en bragas negras, camiseta negra de tirantes, unos rizos enredados con otros, cara al natural debido a la ausencia de maquillaje, escucho a los Beatles de fondo como si estuviera con ellos empapada de bohemia y algunas gotas de alcohol y gramos de droga.
El sonido de la tormenta puede con la banda de Liverpool. Creo que es hora de bajar el volumen, ceder el protagonismo a la tormenta y perderme entre mis sábanas verdes pensando en ti.

Pestañeo.

A veces me gusta mirarte sin pestañear y pensar que tú y yo podemos hacer lo que queramos, sin tener en cuenta si llueve, si son las diecinueve y dos o si estamos vestidos.