25.11.11

Media naranja.

El mundo es enorme y en él hay miles de millones de personas. Existe una teoría acerca de la media naranja relacionada con el complemento de amor necesario para cada día, desde el desayuno hasta la cena. No sé quién es el científico que formuló esta hipótesis; tal vez ni sea un científico. Yo no soy científica y hoy he decidido complementar esta teoría: la media naranja no sólo es un complemento amoroso. He descubierto una de mis medias naranjas repartidas por el mundo. Pensamos lo mismo, nos preocupa lo mismo, hablamos de lo mismo, nos gusta lo mismo. Y lo más importante: nos regalamos sonrisas y kinder bueno a la misma hora, el mismo día y en el mismo sitio.

13.11.11

Domingo.

Empecé a aborrecer los domingos de la misma manera que aborrecía tus gilipolleces. Eran un día para gimotear por todas las aristas de mi cuarto, pegarse un atracón de comida y meterse los dedos para vomitar hasta el más minúsculo hidrato. Arrastraba las penas y los pies por casa vestida de la misma manera que el día anterior a las ocho de la noche. La cabeza trabajaba más que ningún día laborable con el mismo monotema de siempre. Desde hace algún tiempo quise cambiar mis domingos. Aún sigo intentándolo, el problema es que la banda sonora de este día está encabeza por Damien Rice, Andrés Suárez y Marwan. Terminaré suicidándome o con sobredosis de alcohol y cocaína en mi sangre, quién sabe.

6.11.11

RESAD.

Saco de las telarañas una maleta roja (como no podía ser de otra manera) enorme. Guardo en ella mi nuevo estilo de vida: vaqueros pitillos, jerséis amplios, camisas transparentes, shorts vaqueros, medias de todos los tipos, ropa interior sencilla, todos mis pañuelos y bolsos, botas, cuñas, tacones... El neceser con el maquillaje y mi perfume están en la esquina derecha.
Libros de un mismo género llenan los huecos libres de la enorme maleta, mientras todos mis CDs se mezclan con ellos. 
Miro en la profundidad de mi pequeño cuarto... El portátil fue lo primero que metí. ¡Fotos! Quiero mirar en mi nueva vida y seguir viendo a las mismas personas. ¿El móvil? Ya está en mi bolsillo y el cargador en la maleta. 
Tengo todo. Tengo lo suficiente para empezar mi nueva vida.
Madrid me espera. La RESAD me espera. Los casting me esperan. Los escenarios me esperan. 


[Si hoy terminara la carrera, esto sería lo que pasaría].

2.11.11

15 minutos.

¿Alguien puede explicarme por qué la gente se ha vuelto tan egocéntrica?
O por qué sólo existen sus problemas y los míos no, o por qué sólo sirvo para escuchar y no pueden escucharme ni un minuto.
No sé, no lo entiendo. La gente es egoísta. Yo sólo pido quince minutos, nada más.
Yo también estoy mal.