No podría decirte qué número adquiere, otra vez, el mismo propósito de siempre: ser independiente de ti y aprender a vivir sin ti para que cuando todo acabe con una caja de tiritas y un bote de alcohol de setenta y cinco grados sea suficiente.
Lamentablemente una caja de tiritas y un bote de alcohol no servirán para curar todo el daño. La vida a veces es dura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario